No es tiempo fácil para nuestra maltrecha economía, la prima va de aquí para ya, creciendo y decreciendo, intentando estabilizarse alrededor de los quinientos puntazos con lo que supuestamente conlleva, y mientras, quienes tienen la pelota en el tejado de intentar cuanto menos buscar una salida a medio plazo a todo éste cúmulo de despropósitos, se dedican cuales catedráticos de la Real Academia de la Lengua Española a usar eufemismos varios que vienen muy bien para intentar recortar además de derechos y libertades, el entendimiento y el conocimiento de las cosas por parte del común de los españoles.
Con éste ambiente tan eficaz y óptimo, un país entero afronta su devenir deportivo mañana Sábado con la Francia de los Ribery, LLorís, Benzemá o Nasri, herederos de aquéllos míticos y legendarios jugadores, campeones del mundo y de Europa como Zidane, Djorkaev, Henry o Trezeguet.
Partido que viene a rescatar, ya que hablamos de rescate, esa vieja rivalidad histórica entre dos vecinas que a lo largo y ancho de la misma han visto sus intereses encontrados por un mismo camino. A día de hoy se nos vende el antiquísimo sueño de aquéllos Austrias Españoles, monarcas de conquistas a base de tercios y batallas, de la Europa Unida. Hoy quinientos años prácticamente después, el sueño empezó bonito, se fue hinchando cual burbuja de despotismo y capitalismo salvaje, hasta que explotó con las consecuencias lógicas de lo que tarde y temprano iba a suceder.
Siempre hubo ricos y pobres, y una de las temidas consecuencias de una moneda única fue la de equiparar precios pero sin embargo, con distinto poder adquisitivo por parte de unos y otros ciudadanos de la tan maltrecha Europa.
La Francia de Holland, no pierde comba de su antecesor Sarkozy, de la mano de la gran Alemania de Merkel aunque con matices ideológicos, sigue asfixiando a pueblos mucho más antiguos y europeos, cuna de civilizaciones y progreso cultural, que ellos mismos, que mamaron de la antigua Grecia, o la grandilocuente Roma.
La Francia que tanto nos tiene en su punto de mira, no por el mero hecho de una simple y banal envidia, no seamos tan cortos, recordemos a cientos de miles de refugiados republicanos que huyeron al final de nuestra Guerra “incivil” y vinieron a morir a la Francia de las libertades, en silencio, bajo el olvido y abandono de los de aquí y de allí, como perros. Cuantos españolitos no combatieron en la llamada resistencia, incluso cuando se tomó Paris y entraron las tropas del General De Gaulle ¿quienes creéis que fueron los primeros en entrar bandera en mano? Ni más ni menos, que los españolitos de a pie, los que han sangrado y peregrinado por los campos de toda Europa, haciendo de su forma de entender la vida, fueran de izquierdas o de derechas, que también los hubo en la División Azul al Mando de Muñoz Grandes y al servicio de la Alemania Nazi, un claro ejemplo de tesón, sencillez y superación ante cualquier adversidad.
Esa es a Dios gracias, la mentalidad de un españolito de a pie, el sobrevivir ante las adversidades que se le plantean, aún a costa de hacer de la picaresca o la pillería, su inejemplar modo de vida.
Hoy los picaros, los que tanto dicen representar a nuestro país, aquéllos que son padres de nuestro sistema judicial y económico, avezados y expertos en acepciones lingüísticas y en darle como buenos cocineros la vuelta a la tortilla hasta hacernos tontos, son los mismos que lo tienen todo controlado y se hacen la foto con el Rey o el Príncipe, dimiten, o bien les inyectan fondos públicos para que los curritos de a pie podamos seguir teniendo “dos duros” en nuestra cartilla, o, por ende, se van lustrosos y contentos al fútbol porque juega nuestra España querida.
Que Dios reparta suerte y, a poder ser, que Grecia gane ésta noche, y mañana……ESPAÑA.