lunes, 11 de enero de 2010

Historia de la devoción a la Virgen de la Cabeza en el siglo XVIII.


LA VIRGEN DE LA CABEZA, ASPECTOS HISTÓRICOS Y HECHOS RELEVANTES ACAECIDOS EN EL SIGLO XVIII, CRONOLOGÍA.

Pablo Mondéjar

Introducción:

Quisiera con éste modesto articulo, poner en conocimiento del pueblo de Andujar y especialmente de sus innumerables devotos y cofradías, diversos hechos históricos acaecidos en éste siglo XVIII, bajo mi punto de vista gran olvidado, a correlación de sus hermanos predecesores, y menos estudiado para mí que su inmediatamente posterior siglo XIX.

Vaya desde aquí esta mi aportación, haciendo al lector saber que no soy historiador, aunque si es verdad que me mueve en éste trabajo mi gran respeto y entusiasmo hacia quienes nos han honrado con sus publicaciones al resto de cofrades, y sobre todo enriquecido a través de sus trabajos a lo largo y ancho del tiempo.

Comienzo ésta exposición haciendo un inciso sobre un hecho acaecido en 1698, y que fue relevante en el comienzo de éste siglo XVIII a tratar, y no es otra cosa que la concesión por parte del Rey Carlos II “el hechizado”, último rey de la casa de Austria, del marquesado del Cerro de la Cabeza a D. Alonso de Tavira y Benavides, el cual, se convertía en señor de todos los terrenos circundantes del denominado cerro “de la Cabeza”, incluido dicho cerro, con lo cual como es lógico, no tardó en demasía tanto el ayuntamiento como la Cofradía de la Virgen y el Obispado, en interponer un pleito al Señor Benavides reclamando los derechos y privilegios que dichas instituciones tenían sobre el Santuario, especialmente la Cofradía y el Ayuntamiento que ejercía de “patrono” de la misma.

Y así en 1701 el cabildo municipal reunido en pleno el primero de Julio de dicho año acuerda nombrar “unos comisarios para que hagan la defensa de la ciudad en el pleito que se sigue por ella y por el Obispo de Jaén contra los marqueses del Cerro de la Cabeza, que pretenden tener jurisdicción sobre el mismo y en el Santuario”.

Pleito que será motivo de continuas exposiciones de unos y otros, y que será resuelto por el Consejo de Castilla el 10 de Diciembre de 1705 a favor de los Tavira, con la sola obligación de éstos de permitir el acceso y realización de la Romería, que sería presidida por el corregidor de Andujar y por los Tavira, los cuales y más durante este siglo, serán personas importantes dentro de la vida de la ciudad y de la propia hermandad de Andujar.

El siete de Mayo de 1706, la ciudad acuerda dirigirse al Sr. Obispo de Jaén, que por entonces era D. Alfonso de Brizuela y Salamanca para pedir licencia a fin de traer a la ciudad a la imagen de Nuestra Sra de la Cabeza, para hacerle rogativas motivadas por la escasez de lluvias en los campos. La imagen de la Virgen permanecerá en la ciudad cuanto menos hasta Septiembre, con el deseo generalizado de que Ella siga en la misma por verse sus gentes “muy consoladas” ante su bendita presencia.

En 1707 el Santuario de la Cabeza sufrirá una ampliación importante dentro de su estructura, la cual fue acometida de la mano del maestro cantero D. Diego de Lorenzo, haciendo constar en una antigua inscripción tristemente desaparecida en el asedio de 1936 que los sillares de granito fueron izados “sin torno ni maroma”.

Nuevamente en 1708, veinte de Julio, y debido a una plaga de langosta la imagen de Nuestra Sra de la Cabeza será trasladada a Andujar, sorprende sinceramente la celeridad del traslado de la Señora y sobre todo el mes en cuestión por lo caluroso. No es de extrañar que dicha venida se produjese de noche, no se constata por otro lado cuando volvió la imagen a su Santuario.

En 1710 la guerra de sucesión española pasa por una etapa delicada para los intereses del Rey Felipe V, primer monarca de la Casa de Borbón, así en septiembre se acuerda de nuevo traer a la Virgen de la Cabeza a la ciudad para hacerle rogativas por la victoria de las tropas de dicho rey, ante las del pretendiente de la Casa de Austria que reclamaba el derecho de su familia de seguir ostentando el trono español.

En 1715 concretamente el día doce de Junio en un cabildo se da lectura a una carta de Antonio Álvarez de Valdés, capitán de Córdoba, el cual era muy devoto de la Virgen de la Cabeza y solicitaba a la ciudad se le remitiese una estampa devocional de la misma para colocarla en la puerta real de la ciudad de los califas. La petición le es concedida.

Entre los años 1720 y 1722 sucederá un hecho insólito el cual por su complejidad pudo suponer un cambio totalmente radical en lo hasta ahora establecido “tradicionalmente” en nuestra Romería, e incluso, modificar la primacía de Andujar sobre el resto de hermandades en el Cerro de la Cabeza.

Dicho acontecimiento fue el pleito que la hermandad de Arjona interpuso ante el Obispo de Jaén reclamando la posesión de la imagen de la Virgen y la primacía de la hermandad ante de la de Andujar en el cerro. Tal fue el grado de tensión alcanzado, que en la Romería de 1721 se produjeron altercados más que notorios entre los corregidores de Andujar, la Cofradía de la ciudad, y su filial de Arjona por ésta cuestión. Finalmente el Obispo de Jaén fallará a favor de la hermandad de Andujar el treinta de Junio de 1722.

El año 1734 será un año atípico en nuestra Romería y es que ésta se celebró, por cuestiones que se desconocen y que no se deducen de las actas capitulares de la ciudad, el domingo uno de Mayo. Comentar también a modo de anécdota que desde 1730 las campanas del santuario repicaban cada vez que las autoridades de la ciudad (Ayuntamiento y Cofradía) llegaban al mismo, con el consiguiente malestar del Obispo de entonces, que a duras penas autorizaba dicho repique, y que en 1736 prohíbe tal práctica por no considerarla propia ni “tradicional”.

En 1737, la imagen de la Virgen será de nuevo trasladada a la ciudad de Andujar el día once de marzo de dicho año, para pedirle agua para los campos. Era obispo de la Diócesis de Jaén por aquél entonces D. Manuel Orozco Manrique. La imagen permanecerá en la ciudad hasta el día ocho de Abril, (lunes), en la que se devolvió a su casa de la Sierra. Comentar que la hermandad de Arjonilla estuvo presente en los fastos acaecidos en dicha venida por deseo expreso de la misma.

En 1738 no acuden las cofradías al santuario de la Virgen de la Cabeza, por lo menos de manera oficiosa, debido “a las muchas dificultades” que se atraviesan, seguramente motivadas por la pertinaz sequía que seguía azotando los campos y la consiguiente falta de trigo. En mayo de dicho año se acuerda sacar a la calle a la imagen de la Virgen de la Cabeza venerada en la Calle ollerías para hacerle rogativas. Según se desprende del acta al llegar al convento de Santa Clara fue tal el agua caída que hubo de ser suspendida la procesión y dejar a la imagen de la Virgen en dicho convento. Posteriormente y en agradecimiento se acuerda hacerle una fiesta de acción de gracias a la Virgen por los favores recibidos.

Un hecho curioso sucede en 1743 y es que se acuerda que D. Francisco Martinez Jurado, protector de la Cofradía de Nuestra Sra de la Cabeza, pudiera ponerse una banda en la fiesta y procesión del Cerro.

En 1749 el Mayordomo de la Cofradía de Andujar, cargo similar al actual hermano mayor, fue D. Pedro Muñoz.

En 1751 el mayordomo es D. José Guerrero Jurado.

En 1757 concretamente el dieciocho de Junio, en una memoria redactada por D. Pedro Jiménez, capellán de la hermandad y otros cofrades de la misma, se dice que “otros cofrades se han reunido en la casa del prioste de la Cofradía, sin estar presente el protector de la misma y le han quitado el honor al alférez Juan del Castillo”, persona que por lo que se desprende del acta estaba comisionada para las obras que se hacían para la construcción de la casa en el Cerro. El hecho tuvo que ser desde luego muy relevante puesto que se amenazaba incluso con la extinción propia de la Cofradía si ésta persona no era reestablecida en su cargo. El cabildo municipal nombra a los regidores D. Luís Costilla y Orbaneja y a D. Francisco Herrero Velasco para y “reuniendo a los cofrades, prioste y capellán” se aplaquen los ánimos buscando la concordia para mayor gloria de la Virgen de la Cabeza.

Al año siguiente en 1758 como era normal en las vísperas de la fiesta del cerro, el ayuntamiento nombraba a los comisarios que representarían a la ciudad en la fiesta de abril. Con sorpresa, y ante la avanzada edad de muchos de ellos, y la desidia también, porque no decirlo de otros, se acuerda no asistir “este año a la fiesta”, justificando dicho parecer a que no existía oficiosamente ningún voto solemne del municipio y que la asistencia se hacía por simple devoción. El corregidor que no está muy conforme ordena buscar posibles precedentes a tan peregrina decisión, y considerando que de no asistir a la fiesta los comisarios de la ciudad, aumentarían ya de por sí los grandes tumultos que allí acontecían, e incluso que la ciudad pudiera verse perjudicada en sus derechos, un grupo de capitulares se ofrecen para ejercer dicha representación, la cual es muy bien acogida por el Corregidor, alegando que dicha costumbre no debe perderse en favor de la devoción que desde antiguo la ciudad profesa a la Virgen.

En 1759 sucede otro percance parecido al del anterior año, pues el gobernador del Consejo de Castilla pide se le informe detalladamente sobre esta cuestión. El corregidor de Andujar le responde alegando que está acordada la asistencia éste año a la fiesta de Abril por haberse ofrecido dos regidores. El gasto de aquél año que los comisarios tuvieron en la fiesta de la Virgen en su cerro ascendió a la cantidad de 1200 reales los cuales fueron sufragados por el Cabildo “sin objeción alguna”. Al año siguiente en 1760 la cantidad ascendió a 1500 reales.

Nuevamente en 1761 el ayuntamiento tiene que poner paz entre los cofrades y su mayordomo por no existir concordia en el seno de la hermandad.

En 1771 aparece el nombre de D. Antonio Pérez de Vargas como “gobernador de la Cofradía de Nuestra Sra de la Cabeza”.

En 1773 sucede un hecho trascendental en la historia de la Romería y en especial en detrimento de la devoción hacia la Virgen a través de sus cofradías, a las cuales por orden de la Real Chancillería de Granada fechada el 16 de Marzo de dicho año, les fueron requeridas sus constituciones, y la festividad de Abril fue suprimida, supresión que no anuló la festividad en sí pues se seguía celebrando de forma popular e incluso el ayuntamiento siguió representando en los años sucesivos a la ciudad como veremos más adelante aunque de manera mucho más reservada.

Por ejemplo en 1776 “se hace un libramiento de ciento veinte reales, vemos que la cantidad se ha reducido en unos años de manera más que evidente, para la fiesta del Cerro. Se faculta al alguacil mayor de los campos para que con cinco guardas suba a la fiesta, de la que el corregidor, sorprendentemente, dice no saber nada.”

En 1778 de nuevo una representación oficial del ayuntamiento y en nombre de la ciudad asistirá a la fiesta del Cerro, en ese año fueron con el Corregidor, dos regidores y un jurado alegando para dicha asistencia los grandes tumultos que, a pesar de la supresión oficiosa de la fiesta, se seguían produciendo en la Romería de Abril.

Las nuevas constituciones de la hermandad de Andujar, aprobadas por el Consejo Real en Marzo de 1780, se componían de veintisiete capítulos, uno de los cuales, el último, dejaba la jurisdicción de la cofradía en manos del Sr. Corregidor, en nombre de su majestad. Decir que el Marqués de Bilanos, D. Juan de Oca y Velasco, persona que fue hermano mayor de la Cofradía Matriz, fue fundamental para que la misma no cayese en el olvido y luchó por levantar la supresión de la fiesta abrileña y restablecer el culto en el Santuario de la Cabeza, y lo más importante aún, los derechos que la Ciudad tenía sobre aquél sacrosanto lugar.

En 1782 dicha prohibición era levantada, aunque ya desde 1777 se le permitiese a alguna cofradía asistir a la fiesta de Abril, con la aprobación de nuevas constituciones, caso de Santa fe en Granada, lo cual provocó cierto revuelo entre la de Andujar por lo que ella entendía que era un agravio para sus derechos legítimos sobre el Santuario e imagen. A la de Santa fe, le siguieron Colomera, Andujar, Martos, y Alcalá la Real y así sucesivamente, aunque Andujar, al aprobársele sus constituciones, volvió por sus fueros y reestableció su primacía en el cerro.

En 1786 el Rey Carlos III otorga un privilegio a la Cofradía de Colomera, cuna del pastor, por el cual se uniría a la de Andujar y presidiría con ella los actos romeros del santuario. Se puede decir desde entonces que desde éstas fechas aproximadamente Colomera pasa a ser la “primera hermandad filial” de la de Andujar, en detrimento de Arjona que en lo sucesivo irá perdiendo lugares en el orden de antigüedad de las hermandades hasta llegar al actual que es el décimo, “novena filial”.

En 1790, D. Santiago Carrillo, Hermano Mayor de la Cofradía de Colomera donará al Santuario una imagen del Pastor Juan de Rivas que desde entonces estará expuesta en el camarín junto a la imagen de la Virgen. La suerte que la imagen primitiva del pastor pudo correr en los sucesos del año 1936 es una incógnita, al igual que el de la primitiva imagen de la Señora.

En septiembre de 1794 la imagen de la Virgen será de nuevo trasladada hasta la ciudad de Andujar para hacerle fiestas de rogativas por el triunfo de las armas españolas contra los franceses. Esta estancia de la imagen de la Virgen se prolongará hasta agosto de 1795, concretamente hasta el “lunes día tres”, en donde será devuelta a su santuario. La fiesta de Abril se celebró ese año en Andujar, y la estancia de la Virgen se prolongó en la ciudad debido al mal estado del camino de herradura, el cual, su arreglo, fue tasado en 3600 reales.

Hasta aquí ésta exposición de fechas cronológicas que fueron capitales en la historia de nuestra ancestral devoción y que demuestran, que desde siempre la imagen bendita de la Virgen de la Cabeza, ha despertado inusitadas pasiones y desvelos por parte de aquellos, que desde antaño nos enseñaron a quererla, sentirla, y hacerla un poquito más si cabe, de nuestros corazones.

Homenaje a las cofradías, “Que sean Ellas semillas que el viento arrastre, y germinen, allá donde tú seas venerada”.

A Pablo Mondéjar Moreno, mi Padre, en homenaje a su persona.


Bibliografía consultada:

- Historia de la ciudad de Andujar y de su patrona, la Virgen de la Cabeza. Actas capitulares de la Ciudad de Andujar, años 1600 a 1850. D. Carlos de Torres Laguna, Instituto de Estudios Jienenses. Jaén 1981. (obra póstuma).
- Nuestra Sra de la Cabeza y su Cofradías. Fray Arturo Curiel Poza. 1995.
- La Virgen de la Cabeza y Sierra Morena. D. Francisco Calzado Gómez. 1994.
- La Virgen de la Cabeza, leyenda, historia y actualidad. D. Enrique Gómez Martinez. 2002.
- El Santuario de la Virgen de la Cabeza en 1703, D. Enrique Toral y Peñaranda, Revista “el toro de caña” Nº 8, Diputación Provincial de Jaén.

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